Avión rumbo a la Corte.

OFF: Primero aclaro que este tema lo abro yo porque los morois irresponsables no pueden llegar tan temprano XD. Como sea, espero que disfrutemos juntos el vuelo. Abrir este tema no significa que su tiempo para terminar los roles en la academia se haya terminado, de hecho lo mejor es continuarlos y darles un buen fin, además sé que todos ustedes si están ocupados XD.
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Ese día me había levantado temprano para estar a tiempo en el jet de la academia que nos llevaría en pocas horas a la Corte. Francamente me moría de ganas de ver nuevamente a mi amigo Kostia.

Como era de esperarse fui el primero en llegar. Aunque sabía que sería así, no me imaginaba a Isabrella, Rose y mucho menos a Adrian Ivashkov levantándose justo a las ocho de la mañana por muchas ganas que tuvieran de viajar. Eso me llevó a recordar a Ivashkov, con el que tenía que hablar largo y tendido acerca de Isa. No me gustaba nada que de pronto hubiera regresado a su vida en plan de amigo.

Ignoré mi enfado, pensando que la presencia de Kostia ayudaría a las cosas aunque fuera unos días. Me acomodé en el primer asiento del lado derecho, no sin antes poner mi escaso equipaje en el compartimiento superior.

Me senté cómodamente en el asiento a esperar al resto y por fin poder despegar.

Habia pasado la mejor noche de mi vida, en fiesta y con una botella de vino. Sabia que tenia que levantarme temprano ya que el jet de la academia nos estaba esperando para partir. Eso no me gustaba ya que no era el tipo de chico que madrugaba pero esta ocasion tenia que si queria salir de este lugar aburrido. Me levante con un dolor de cabeza sentia que mi cabeza me iba a explotar. Prepare mis maletas lo mas rapido que puede luego me prepare algo de desayunar. Tenia que quitarme este dolor de cabeza asi que fui a agarre una botella de vino y una botella y le eche el vino a la botella asi pensarian que era jugo. Me bane y me cambieny me puse muy guapo, claro siempre era guapo pero aun me puse mas guapo.

Ya que habia acabado con todo agarre mis maletas y sali rumboa la pista donde nos estaba esperando el jet. Sabia que iba a ser el ultimo ya que siempre soy el ultimo. Tome mi tiempo para caminar y de mientras iba tomando mi "jugo". Cuando llegue me subi al jet y vi que era uno de los primero en llegar. Llegue con una sonrisa -Asi que soy el primero valla sorpresa- dije con una sonrisa. Nadie habia llegado todavia asi que me sente de lado izquierdo a lado de una ventana, pero primero puse mi equipaje en el compartimiento, para esperar y segui tomando.

La cabeza me dolía. Llevaba varias noches sin poder dormir bien. Eso no era asunto nuevo, pero francamente, desde mi llegada a San Vladimir, las noches en vela o sueño interrumpido eran más frecuentes.

Lo peor de todo es que me habían hecho despertar temprano, justo en una hora que se suponía yo debería estar en mi quinto sueño. Sin duda la directora Kirova nos había dejado hacer el viaje, pero había impuesto esta hora con toda la intención de que nadie más que los guardianes subiera.

Mi estado era tal que tuve que ponerme los lentes de sol para que nadie viera mis marcadas ojeras. Gruñí un poco cuando me vi al espejo, pero luego lo olvidé.

Caminé hacia los jardines, que era donde nos esperaba el jet, sólo con mi celular en la mano. Al fin y al cabo en nuestra casa en la Corte había ropa para mí, un cepillo de dientes y demás aditamentos. Ahí me encontré con Dimka y Adrian.

- Buenos días- dije a nadie en especifico. De hecho el piloto fue el primero en responder al saludo.

Tomé asiento en un lugar en el medio, quizá Rose llegara y quisiera conversar conmigo.

- Buenos días, Rose- la saludé de vuelta.

En ese momento llegó un tipo que nos ofreció un poco. Yo lo rechacé sin más, no era mi bebida favorita.

- ¿Lista para el viaje?- le pregunté- [color=violet]Parece que iremos muy pocos[/color]- suspiré, pensando que en pocas horas estaría con mis padres... que horror- [color=violet]Debo advertirte sobre mis padres... aunque creo que ya has tenido suficiente se snobs con los amigos de la princesa Dragomir[/color]- me reí- Como sea, sé que no te agradarán, pero espero que no te enojes si dicen cualquiera de sus estupideces regulares.

El piloto dio el aviso de los cinturones, la puerta se cerró y comenzamos el despegue.

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OFF: Adrian, abre tu el post donde nos reciben, que seguro tu tía Tatiana te quiere saludar XD.

Off: Voy Isa

Rose se había ido a sentar con Isa. No sabía como interpretarlo, por lo regular la conversación entre chicas tiene alguna clase de significado oculto... Sospeché de ellas en cuanto las vi saludarse.

Sin embargo no puedo negar que sonreí ampliamante, ocultándola mientras giraba la cabeza hacia la ventana, porque Rose había venido. Era mi pequeña y personal victoria secreta. Ella estaba ahí.

Me incorporé y fui al asiento que estaba detrás de ellas para fungir como "guardián" aunque realmente lo que quería era saber que decían. De unos días para acá, uno exactamente, cualquier cosa que Rose dijera me interesaba más de lo que debía.

Por otro lado estaba ansioso. Ya quería llegar a la corte y ver a Kostia, mejor aún, tener tiempo libre para conocer mejor a Rose. Cualquier oportunidad fuera del "alumno-maestro". Sólo una oportunidad más para ser amigos.

Saqué mi western y fingí leer, cuando realmente estaba escuchando atentamente su conversación.

- Muy lista- dije a modo de broma y con sarcasmo, se le notaba lo lista- A nadie nos gusta madrugar- me quejé igual, omitiendo el hecho de que yo casi no había dormido.

Vi a Dimka pasar a su lado y noté cierta tensión entre ambos. Me encogí de hombros, si algo realmente pasaba, me enteraría en algún momento. Belikov se sentó tras nosotras y se puso a leer uno de sus asquerosos western.

- Eso lo dices porque no conoces a mis padres- bufé, al tiempo que levantaba la mano para presionar el botón y llamar al único sobrecargo que teníamos. Mi madre había insistido en que viniera conmigo a mi llegada y ahora se lo pensaba devolver. Si, esos eran los términos de mi madre, tratar a todo el mundo como objeto- ¿Quieres café?- le pregunté a Rose- Ellos son los peores- agregué.

Hablaban de cosas insustanciales. Todo el mundo sabía que los padres de Isa no eran los mejores. Quería que dijeran algo más.

Por lo pronto parecía que Rose se había relajado. Eso era muy bueno, si bajaba un poco la guardia con su amiga, quizá dijera algo que no le diría a nadie más. Eso esperaba yo. No recliné el asiento por si salía algo interesante.

Café.... yo quería un poco. Pero ¿cómo pedirlo sin denotar que les prestaba atención? Imposible. Me tenía que arriesgar.

- Yo quiero un poco- intervine.

Sonreí, no esperaba menos de Rose. Sabía que ella también estaba cansada porque se había quedado despierta para llevarme el libro.

El moroi encargado de atender el llamado de Isa no hizo acto de presencia, así que ella se puso en pie y molesta, fue a buscar el café ella misma. Sabía que no estaba molesta porque no se lo trajeran al asiento, sino porque tenía pereza de levantarse. Sea como fuera, Isa dejó el asiento libre y yo me sentí impelido a ocuparlo. Al pasar Ivashkov me lanzó una mirada rara que preferí ignorar. No me tenía muy contento.

- Si te soy honesto, no creí que tuvieras la fuerza de voluntad para levantarte a esta hora del día humano- bromeé, aunque como siempre, mi tono era eternamente serio. Necesitaba practicar mis bromas.

En vano, por qué no, intenté reprimir una sonrisa. Era como si ella supiera lo que pasaba por mi mente sin necesidad de hablar.

Mi sonrisa se ensanchó y tuve que encubrir mi risa con una tos seca para disimular. Claro que había lastimado su ego y por alguna extraña razón eso me ponía contento, era como si ese hecho la mantuviera más al pendiente de mí.

Y se mordió el labio.... ¡DIOS! Yo quería saber lo que se sentía morder ese labio de apariencia suave. Me golpeé mentalmente una vez más, sabiendo que no sería la última y le dije para recuperar la cordura y hacer conversación:

- Sólo exponía un hecho. No acostumbro mentir- esa broma me salió mejor.

- Eso, mi querida Rosa, son secretos de guardián. Te los revelaré todos cuando te gradúes- continué bromeando, aunque llamada querida, fuera en broma o no, sonó raro, demasiado apetecible para mi gusto.

Me revolví en el asiento, un tanto incómodo y luego continué:

- Claro, si es que llegas a tu graduación y no te quedas dormida.

Manejar este lenguaje simple con ella comenzaba a gustarme realmente. En cierta forma podía ser yo, si bien no al grado como lo era con Kostia, ya no éramos "alumna y maestro"

- Es, a caso, que necesitas mi aprobación- inquirí.

Me agradaba mucho la idea de que ella quisiera mi aprobación. Más de lo necesario. Me pateé mentalmente por pensar eso, por que la idea me gustara.

- Y te doy el crédito que te mereces. Nunca he dudado de que puedes lograr las cosas. Lo que sea, sin excepción.-todo esto me salió muy rápido que dudé que ella me hubiera entendido del todo. Francamente eso quería. El tono de excesivo orgullo en mi voz era muy comprometedor.

Volví a revolverme incómodo en el asiento.

OFF: Wait Rose, se me fue el coment y por el job me estoy tardando en editarlo.

Me habían ganado el asiento, de pronto Dimka ocupaba mi lugar. Francamente no me molestó, por alguna razón presentía que entre esos dos había algo más.

- Claro, róbame el lugar- fingí quejarme, pero igual me senté en el lugar que él había estado ocupando- Creo que debería sacar un libro y comenzar a leer, pero claro que no será un western.

Saqué mi pocket book en turno y fingí comenzar a leer, no sin antes avisarles que el café ya estaba en camino.

El café llegó al fin, traído por un moroi en una bandeja. Lo mantuvo en equilibrio mientras nosotros lo preparábamos a nuestro gusto, sosteniendo la bandeja con una mano y esperando a que termináramos de servirnos leche o café. Por el grado de cansancio que tenía, decidí que lo mejor era tomarlo negro.

- No me has respondido- presioné- Puedes responder con un simple si o no- al final y al cabo no quería que Isa se enterara de lo que hablábamos.

No era por ser desconfiado, pero apostaba mi estaca a que ella no estaba leyendo su libro del todo.

Secretos, siempre el preludio de un romance. Lo podía oler en el aire.

Cuando un hombre y una mujer comienzan a tener secretos que no quieren que los otros sepan, cuando sólo entre ellos pueden comprenderse, sabes que hay algo más.

No sabía cómo sentirme al respecto. Dimka se merecía toda la felicidad del mundo... pero yo sabía que no la aceptaría si eso interfería como su fusión de guardián de la princesa Dragomir. Lo cual nos decía que aunque realmente le gustara Rose, nunca podría haber nada entre ellos. Por otro lado estaba muy contenta... o lo estaría, si ellos realmente pudieran estar juntos.

Suspiré sonoramente, pensando en la paradójica situación. Pobres chicos...

Continué fingiendo que leía.

Necesitaba una aprobación de mi parte. Era música para mis oídos. Mi sonrisa se ensanchó tanto que no pude contenerla ni siquiera para fingir ante el resto de la tripulación.

- La tienes, por completo, ya lo sabes- repuse.

Entonces me dio una crisis y me di cuenta que todo lo que fraguaba mi imaginación nunca tendría lugar, que yo era varios años mayor que ella, que ella sólo se quería sentir orgullosa, que por sobre todas las cosas no quería estar conmigo, que ella quería a chicos de su edad que fueran divertidos. Yo no podía estar con ella y mis pensamientos habían llegado muy lejos, peligrosamente lejos.

- Cualquiera que te haya visto en los entrenamientos puede decir lo mismo- dije con fingida indiferencia para disimular.