Entrenamiento ilegal.

Practicar magia en los jardines de la escuela había sido mi única alternativa. En la academia donde estuve en Roma todo era más sencillo, la noche vampírica llegaba y yo era libre de salir a donde fuera para practicar lejos de las miradas molestas. En San Vladimir todo era diferente, las reglas se respetaban, un montón de guardianes iban y venían por los pasillos, y la única alternativa era esconderme entre los arbustos y esperar que nadie viera las llamaradas que producía.

Según había dicho Christian, algunos moroi estaban interesados en usar la magia como arma, pero hasta el momento no había conocido ninguno, así que eso me dejaba sola en medio de la nada rogando a los santos vampiros que nadie me encontrara.

Me concentré mucho en crear llamas al rededor de la base de un tronco, aunque he de admitir que no se me dio muy bien, no pude contenerlas y comenzaron a quemar la corteza . Tuve que parar para no llamar la atención de alguien con el humo. Suspiré, a pesar de practicar mucho esto no me salía como yo esperaba, lo peor es que terminaba exhausta y sin ganas de continuar con el entrenamiento físico. Y es ahí donde lo peor todavía no llegaba, ya que mi entrenador anterior había sido Kostia, mi guardián que se había quedado en Roma.

Me tumbé en el suelo, pensando que quizá no había sido tan buena idea hacer ese berrinche y conseguir que me corrieran. Ahora no tenía a nadie que me enseñara movimientos de guardián. Me quedé ahí, en la sombra de un árbol, esperando que alguno de mis problemas se resolviera... Aunque sabía que probablemente no.

OFF:
Bien chicos, una vez más, y como casi todo el tiempo, mis temas están abiertos a todo el que lo quiera usar. A los morois, lógicamente vendrán a usar magia y a entrenar, a los guardianes, ellos enseñarán y se atendrán a las consecuencias. Espero verlos pronto por aquí.

Saludos.

No me sorprendía ni un poco encontrarla ahí en pleno día, tirada bajo la sombra de un árbol, completamente exhausta de tanto practicar. Yo sabía que para ella la magia como arma era esencial, era parte de ella presentar guerra a todo lo que podía, y presentársela a los strigoi no era algo tan malo, de echo en cierta parte me sentía orgulloso de ella. Lógicamente no podía decírselo, se supone que los guardianes debemos proteger a los moroi y no entrenarlos para una muerte segura.

Pero Isabrella Ozera tenía un talento innato para los golpes, y desperdiciar ese talento sería un error, era algo parecido a lo de Rose. Salí de mi escondite para que me viera, pero ni siquiera se percató de mi presencia. Pensé en irme, dejarla que hiciera lo que pudiera, pero le había prometido a Kostia que cuidaría de ella, y si debía entrenarla como guardiana para lograrlo, supongo que tenía que dejar de lado las reglas por un rato. Suspiré, sabiendo que era un error y que de ser descubierto me jugaba mi empleo, pero una promesa a un amigo es una promesa, y yo siempre he sido hombre de palabra.

- Supongo que no estás en condición de lanzar patadas, ¿o si?- ella sonrió y se puso en pie. Si algo le gustaba en el mundo más que la cara de Kostia al despertar, eso era golpear gente.

me levante de un humor pésimo, en verdad que estar en este lado de San Vladimir así que por que no escabullirme por allí me puse una sudadera y subí la capucha para ocultar mi cara , no a mucha gente le caia bien allí y no quería que sucediera un accidente como el de la ultima ves.
seguí asta llegar afuera entre toda esa naturaleza, seguí caminando y pude notar dos siluetas , creo que eran el Guardian Belikow y la chica Ozera la prima del chico que había conocido ya varias semanas, cuando aquel chico me había estampado contra la pared y patear mi bolso el cual había caído en el suelo.

una idea loca paso por mi mente , que tal si ellos ayudaran a controlar mis poderes , no quería terminar con moretes , ya era suficiente con el morete que tenia en el brazo , me encamine hacia ellos a proponerse los , me dio algo de pena pero junte todo mi coraje aunque salio un inaudible-Hola-mis mejillas se pusieron completamente rojas al sentir la mirada de los dos en mi ...

- ¿Desde cuando te interesa que yo de patadas?- le recriminé. Y luego, hablando en serio, le dije:- Si alguien se lo dice a Kirova o si te ven, te van a correr- él sonrió con pesadez en respuesta, dándome a entender que comprendía el riesgo- No tienes que hacerlo.

Entonces escuchamos un casi imperceptible Hola y nos tensamos al mismo tiempo. Subí las manos sobre la cabeza y las prendí en llamas, esperando lo que fuera y dispuesta a atacar. Pero como estaba algo cansada por mi entrenamiento previo, no pude controlarme bien y las llamas me quemaron un poco, sin embargo no las apagué hasta que vi a una joven moroi que se nos acercaba. Dimika maldijo en ruso al darse cuenta de que con mi estúpida acción nos habíamos expuesto, por esos días, ningún moroi usaba su magia como arma.

Eso debía ser un maldito chiste. Justo me estaba lamentando internamente porque iba a quebrantar las reglas y ahora una pequeña moroi me había descubierto y probablemente iba a salir directo a la oficina de la directora.

El asunto no mejoró cuando a Isa se le ocurrió encender sus manos en llamas, y asustarla. Solté una palabrota en ruso cuando vi el pánico en la moroi y rogué al cielo que no corriera a la dirección.

- Hola- saludé de vuelta, intentando hacer conversación y que se olvidara de el mal recibimiento de Isabrella- Soy el guardián Belikov- me presenté- Y ella es Isabrella Ozera.

Y nos quedamos ahí, tensos, a la espera de que la chica no fuera a dar el chivatazo.

de inmediato la chica tomo a la defensiva mis palabras prendiendo sus manos en llamas me sorprendi y di un paso para atras por si me atacaba, escuche que el Guardián decía algo intangible para mi ruso , alemán lo que fuera.

la chica apago sus llamas y los mire con una sonrisa , no era de esos morois que pensaban que estaba mal usar tus dones como defensa- yo Jillian Mastrano pero prefiero Jill- dije en un tono amable, podía notarse la tensión que se encontraba en esta conversación una pequeña conversación - fue genial lo que hiciste-dije luego de un moento de silencio., no sabia como pedírselos no les iba a gritar y ponerme de rodillas suplicándoles por que me enseñaran a controlar mis poderes, y cabía la posibilidad de que pudieran decir algo sobre una pequeña y estúpida moroi que queria entrenar.
con algo de duda les pregunte a los dos- ustedes me ayudarían?-sabia que eran bueno para esto ya los había visto antes y en verdad esperaba que aceptaran ayudar...

- ¿Ayudarte?- pregunté confuso.

No veía en qué podía ella necesitar ayuda. Hasta que de pronto lo comprendí y la tensión de mis hombros bajó un poco. Si Jill estaba de nuestro lado, significaba que no nos delataría. Pero tener a otra chica bajo mi tutela en estas circunstancias garantizaría que mi castigo fura peor.

- ¿En qué podrías necesitar ayuda?- me hice el inocente.

Solté un suspiro de alivio cuando ella pidió ayuda y dijo que mi acción era genial. Ella no era la típica moroi que pensaba que usar la magia como arma estaba mal.

Sólo encender mis manos me había agotado, así que volví a dejarme caer sobre la hierba, en la sombra, mientras Dimika tomaba el asunto en sus manos. Suspiré de nuevo, pensando que entrenarnos le acarrearía más problemas.

- ¿Qué elemento manejas?- le pregunté a Jill.

Quizá después de todo si podríamos ayudarla. A mi no me costaría mucho enseñarle lo poco que sabía, el problema radicaba en Dimika y todo lo malo que le pasaría si alguien se llegaba a enterar.

mire al guardias Belikow- am bueno ya saben yo..quisiera...em-hablar en definitiva no era lo mio, mi lengua se trababa y empezaba a decir tonterías, era demasiado tímida- bueno quisiera.. pero no se si pueden... ya saben soy una moroi y me gustaría..controlar mi elemento y defenderme- mi tono era dudoso , pero si eso era lo que mas quería defenderme de todos aqueos estúpidos chicos que me odiaban sin ninguna razón.
-El agua-repetí rápidamente mientras colocaba mis manos detrás de mi espalda y jugaba con ellas nerviosa
-no quiero meter en problemas a nadie así que si estoy causando problemas solo díganme y puede volver de donde venia-hablaba demasiado rápido asta a mi me costaba entenderme

Problemas... bueno, entrenar a Isa me traería problemas, así que entenarla a ella no sería mucho.

- No hay problema- repuse- Pero si hablamos de elementos, supongo que Isabrella es a quien le pides ayuda.

Sonreí un poco, recordando mis días de escuela. Comportarme no era algo que hiciera siempre, así que infringir la ley un poco ahora de adulto... si bien me preocupaba, suponía que no era tan malo.... O eso esperaba.

- Agua... ¿eh?- dije pensativamente, no recordaba muchas cosas que se pudieran hacer con el agua, a menos que estuvieras en un desierto.

Como sea, por lo menos ya habíamos resuelto el problema de el delator ficticio. Por otro lado, era bueno y divertido saber que había más en el mundo como yo, que no estaba completamente loca por querer aprender algo más.

- Supongo que nuestro entrenador puede comenzar con sus clases físicas mientras yo busco ideas para entrenar con magia. Si quieres puedes ir a mi cuarto, está en el edificio administrativo, habitación 304- le dije a la chica. Luego, con dificultad, pesar y dolor me puse en pie para que Dimika comenzara con el entrenamiento.