Pasillo lateral y solitario que forma una L con el otro pasillo XD

Estuve tentado a llamarla por su apodo cuando la encontré esa tarde en e pasillo charlando con Rose y la princesa Dragomir. A penas y me contuve, estuve muy cerca. Pero se suponía que nosotros no debíamos tener esa clase de relación en público, era la misma razón por la que ella no me llamaba Dimika cuando todos podían escuchar.

Me acerqué al trío de chicas, hice profundas reverencias hacia las moroi y saludé a la dhampir con una inclinación de cabeza... La dhampir... mi nueva responsabilidad....Dejé eso de lado por el momento y saludé amablemente:

- Señorita Isabrella, ¿No se suponía que estaba usted en Roma?

- Con su permiso, luego me puede responder princesa Vasilisa- respondió Isa. Y se alejó del par de chicas rumbo a un pasillo lateral que en ese momento estaba solo. En cuanto estuvimos solos me echó los brazos al cuello.

- Hola Isa- saludé- A Kostia le dará mucho gusto saber que me transfirieron a la misma escuela que tu. El pobre guardián te echa mucho en falta, sobre todo porque ahora no tiene a quién proteger de las pesadillas.

Y era verdad, uno de mis mejores amigos dhampir (por no decir el mejor de todos), quien era su guardián personal, la echaba mucho de menos desde que la habían transferido, y es que siendo honesto, y en plan confidencial, Constantino Demetrevich sentía MUCHO afecto por Isabrella Ozera.

OFF:
Qué tal si comenzamos a ser amigos, vamos Isa, así podremos rolear juntos y comenzar a relacionar a los personajes. Espero que te guste el nombre de tu guardián, por Ana Karenina XD, además que comencé a darte una relación sentimental, porque ya sé que de ti no nacería algo como esto realmente.

Para el resto, son libres de rolear con nosotros

No podía ser cierto. ¡Dimika en el mismo lugar que yo!!!

Él y yo nos habíamos conocido durante unas vacaciones de verano, sus vacaciones de verano que él pasó en la casa de mi familia ya que quería visitar a Kosrtia, mi guardián, al cual por cierto extrañaba mucho. Sin embargo, he de decir que esas vacaciones no terminaron bien para ninguno, de entrada por que de ellas dependió la muerte del moroi que Dimika protegía, y en segunda porque estuvimos envueltos en varias muertes, la de los morois que servían en mi casa.

A eso se refería con lo de las pesadillas, a que Kostia ignoraba cualquier regla e dhampir que tuvieran y a veces dormía conmigo o se quedaba hasta que yo conciliaba el sueño. Kostia era mi mejor amigo y creo que sólo Dimika estaba cerca de algo semejante.

- ¿Cuándo llegaste? ¿Cómo es que te enviaron aquí? ¿Por qué estás aquí? Debes contarmelo todo, Dimika- demandé. Él me sonrió lo más que pudo y se me quedó viendo, nos habíamos visto pocas veces luego de el ataque- Antes que nada, estoy en la penúltima habitación de los moroi y quiero que vayas a visitarme de vez en cuando- intenté amenazarlo, pero todo lo que logré fue sacarle una sonrisa.

OFF:
Qué te parece el rol de la forma en que nos conocimos. Nice no? Anda Caleb, sigue con algo bueno, y si, que el resto se meta, pero que no nos cachen XD, esperemos.

- Una pregunta a la vez Isa- repuse abrumado por todas sus preguntas- Llegué hace poco, cuestión de unas semanas, pero justo hoy acabo de regresar de una misión. Me enviaron porque no había mucho personal disponible en la Academia además para cuidar a la princesa Dragomir. Y ahora tengo que entrenar a Rose Hataway- lo último salió como una inevitable queja.

Se me quedó viendo fijamente, así que cambié el tema:

- Por cierto, Kostia te echa mucho de menos y dice que ojalá por fin encuentres amigos- le sonreí- Por cierto, me dijeron que Adrian Ivashcov planea venir a San Vladimir...

La idea de ese chico en una academia llena de morois y dhampirs en edad vulnerable no era muy agradable. De echo él no era agradable, recuerdo que utilizó a Isabrella como una chica más de su colección y la dejó echa garras. Lo que menos quería era tener que mencionárselo de nuevo, pero era necesario que ella lo supiera.

- Lo mejor es que te mantengas alejada....

OFF: Caleb, repites mucho las palabras, ya te he dicho que busques en internet un corrector ortográfico antes de publicar. Una cosa más... ME VOLVISTE UNA ARRASTRADA DE ADRIAN IVASHKOV? Me las vas a pagar. Y por cierto el apellido se escribe con K. Como sea, aquí está mi rol.
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Adrian Ivashkov.... mi pesadilla en la tierra. En parte era mi culpa, lo sabía, pero francamente, la mayor parte era de él. Mira que salir conmigo mientras salí con otra chica. Eso no es de hombres, por no decir de caballeros. Él era otra parte fundamental de mis pesadillas. Pero de momento no me importaba, Dimika estaba aquí y seguramente me iba a hablar de Kostia.

Entonces dijo algo, algo que llamó mi atención. Había dicho Rose Hataway en lugar de sólo Hataway. Yo conocía bien a Dimika, casi como la palma de mi mano, y sabía que a los estudiantes regular él llamaba a los estudiantes por su apellido. Esto era raro, pero lo dejé pasar... de momento.

- No tengo intención de hacerme amiga de Ivashkov- escupí su nombre- Mejor dime que tan seguido hablas con Kostia y todo sobre tus entrenamientos con la famosa Rose Hataway. Según dijeron es todo un caso- sonreí- Probablemente nos llevemos bien.

- No ahora, debo irme. Mi entrenamiento con Rose comienza dentro de poco y supongo que estás cansada- hice una mueca cuando dije sólo Rose. Seguro Isa sospechaba algo.

Intenté recobrar la compostura antes de que otra cosa pasara, antes de que ella supiera más cosas.

- Kostia me habla con frecuencia, pasa por mi cuarto un día de estos para que hables con él- le dije, desviando su atención hacia mi amigo- Pasaré a tu cuarto en cuanto termine el entrenamiento, o si quieres pasa tú por el gimnasio. Sé que Constantino no me perdonará que no sigas con tu entrenamiento, creerá que no te ha enseñado nada.

Y sin darle tiempo a más, hice una reverencia y me fui directo al gimnasio.

OFF:
Luego continuamos, me pusiste en un aprieto. Lo que si, es que le pido a quien sea que pase cuando nosotros estemos hablando, estaría de lujo que casi nos descubrieran, por como nos tratamos, digo XD.

Estaba tan harta. Nunca pensé que extrañaría mi escuela en Roma, pero así era. Pensé que al estar en San Vladimir, cerca de mi primo quien era el único que me comprendía realmente, sería genial. El problema radicaba en que no encontraba a mi primo por ningún lado desde que había llegado hacía dos días.

Al contrario de eso, me había encontrado con algunas cosas agradables, como Dimika o Rose Hataway, la cual, por cierto, se estaba convirtiendo en lo más cercano que tengo a una amiga.

Suspiré y me dejé caer contra el suelo, no sin antes deslizarme por la pared como mantequilla derretida. Esos días no habían sido los míos. Me sentía cansada por el entrenamiento con Dimika, pero todavía más cansada por lo que vino después: la visita de Adrian Ivashkov a mi cuarto. Si, definitivamente eso era lo que me tenía peor.

Aferré las rodillas con las manos, atrayendo las piernas a mi pecho, y oculté la cabeza. Si me iba a desmoronar, lo mejor era hacerlo en un lugar privado. Sé que mi habitación habría sido mejor, pero eso me recordaba a mis padres, y eso era aún peor.

Y luego estaba Kostia.... a quien no iba a volver a ver a menos que regresara con mis padres. Deseé nunca haber encendido ese fuego y estar con él. De ser así, el encuentro con Adrian no me habría afectado tanto. Pero no lo era, y ahora no podía dormir pensando en él.

- ¡Dios!- murmuré irritada.

Me sentía segura en ese pasillo cerrado. Era donde había encontrado a Dimika y, hasta donde sabía, no pasaba mucha gente por ahí. Eso era bueno, significaba que podía estar completamente sola en mi crisis, nadie me molestaría. Sólo esperaba que Adrian no conociera ese lugar, tenía un talento innato para encontrar lugares solitarios.

Suspiré una vez más, sintiendo algo pesado en el estomago, con la cabeza abajo. Escuché atentamente los sonidos de la noche vampírica a la espera de que alguien viniera. Y es que en ese momento era de día para los humanos, lo cual significaba que no había sombras donde esconderme de las autoridades.

Había dejado a Rose en su habitación. Me sentía extrañamente eufórico. Esa noche (o día para los humanos) La había tocado, ahora sabía que su cabello era increíblemente suave. Me sentía algo mareado por la confusión, pero por lo demás, feliz.

Pero mi felicidad pasó a segundo plano cuando transitaba por el pasillo que había cerca de donde había encontrado a Isa, unos sollozos provenían exactamente del lugar donde nos habíamos visto por primera vez en la academia.

La identifiqué por su cabello negro. Era ella, Isabrella, llorando contra sus rodillas, escondiendo la cabeza para que nadie la viera.

- ¿Isa?- pregunté para comprobar. Cuando ella levantó la cabeza no lo pude creer, ella no era de los que se dejaban caer- ¿Que te pasa?- pregunté.

- ¿Qué haces aquí?- le demandé saber.

Lo único que me faltaba era que Dimika me encontrara y yo no tuviera más opción que decirle todo. Eso lo pondría furioso. Me limpié las lágrimas apresuradamente, fingiendo que nunca estuvieron ahí.

- Nada, estoy bien- mentí.

Por alguna extraña razón, decir esa mentira me dolió en el alma. Si me hubiera echo esa pregunta unas horas después, cuando me hubiera calmado, la habría dicho convincentemente, pero no en ese momento, no en esos minutos que decidí ser vulnerable.

Él levantó una ceja, con la cara llena de sospecha, yo me mordí el interior de la mejilla, a la espera de que se fuera, luego suspiré. Lo más seguro es que me sacara la verdad tarde o temprano.

- Claro- dije con sarcasmo- Dime que te pasa- le exigí.

Isabrella nunca había sido de esa clase de chicas que lloran a la menor provocación, lo cual me preocupó. Si ella se sentía tan mal como para no encontrar otro escape que el llanto, significaba que realmente algo pasaba.

Que ella se mordiera el interior de la mejilla constató mis sospechas, sólo hacía eso cuando quería ocultar algo o estaba nerviosa. En ese momento, yo sabía que eran ambas.

- Dilo, Isa, no tengo ganas de adivinar- y fue ahí donde todo mi buen humor se extinguió.

- Vete de aquí por favor, Dimika- le pedí.

Los acontecimientos me cayeron encima una vez más, y no pude evitar llorar de nuevo. Me puse en pie de un saltó y le rodeé la cintura con las manos. Su camisa de dormir pronto comenzó a mancharse con mis lágrimas.

- Me pasa todo- le dije- Me pasa que no estoy en Roma, que no está Kostia, que no encuentro a Christian, que tengo sólo dos amigos en St. Vladimir, que no me dejan estar sola con un alimentador, que Adrian estuvo en mi cuarto y yo quería...- mi voz se extinguió poco a poco, cayendo en la cuenta de que lo había estropeado todo.

Me tensé en mi lugar a la espera de que Dimika estallara en cólera.

Me tensé entre sus brazos. Ivashkov... cómo no se me había ocurrido.

Yo no lo había visto hasta el momento, pero sabía que estaba en San Vladimir. Me debatí internamente entre dejarla ahí, arriesgar mi empleo y darle su merecido a ese moroi, o acompañarla y consolarla.

A pesar de querer hacer todo lo contrario, la rodeé con mis brazos e hice que nos sentáramos donde ella había estado.

- Te dije que te mantuvieras alejada de Ivashkov- le recriminé- ¿Quieres hablar de eso?

Me quedé ahí, callada un momento, no sabiendo si realmente quería contarle todo esto a Dimika o no. En cierta forma tenía miedo de que él se lo dijera a Kostia.

Todavía tenía el brazo de Belikov rodeando mis hombros, pero eso no me confortaba mucho, yo quería que otro brazo estuviera ahí.

- No fue que tuviera mucha opción, él entró antes de que yo pudiera reaccionar- le informé molesta, no me agradaba la idea de que él pensara que yo quería ver a Adrian..... aunque... francamente, así era. Suspiré- Deja que me recupere un poco y te cuento.

OFF:
Traducción: Deja que termine la escena en mi cuarto y te digo XD